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"Nokama entendía ahora, y era peor de lo que nunca podría haber imaginado. "¡No tenemos mucho tiempo!", gritó ella, sin darse cuenta de que el tiempo ya se había agotado."
— Narrador

BIONICLE Aventuras 4: Leyendas de Metru Nui
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Libro
Serie BIONICLE Aventuras
Escritor Greg Farshtey
Editorial Scholastic
ISBN 0-439-62747-8

Leyendas de Metru Nui es el cuarto Libro de la serie BIONICLE Aventuras escrito por Greg Farshtey. También es la novelización de la segunda película de BIONICLE, Leyendas de Metru Nui, aunque profundiza en los personajes y los acontecimientos que en la película aparecen. También incluye algunas escenas que fueron cortadas de la película. Debido a que está basado en la película, la historia realmente comienza antes que Misterio de Metru Nui.

Sinopsis[]

Angustiado, Toa Lhikan irrumpe en el Gran Templo para recuperar las Piedras Toa. Después de recogerlas, nota que hay otros dos seres: un insectoide y un bruto descomunal. Prefiriendo no pelear él esquiva sus ataques y sale por una ventana cercana, escapando de sus perseguidores temporalmente formando un planeador con sus Herramientas Toa. Él se va volando para entregar las piedras a los Matoran elegidos.

Habiendo entregado cinco de las piedras, hace una visita a la forja de Vakama para entregar la última piedra. Una vez allí, ve a Vakama trabajando en una gran máscara, y un gran montón de máscaras imperfectas similares a la que él estaba trabajando. Él da la piedra al confuso Matoran, pero Nidhiki y Krekka, sus atacantes de antes, aparecen. Después de defenderse de Nidhiki, Krekka agarra a Lhikan y Vakama con una grúa y comienza a bajarlos en la Protodermis fundida de abajo. Lhikan, sin embargo, mueve a Vakama a la parte superior de la garra y se comienza a balancear a si mismo y a la garra, consiguiendo el impulso para propulsarse a sí mismo a la cabina de la grúa y golpear al bruto dejándolo inconsciente. Nidhiki se apodera de Vakama y amenaza con matarlo, y Lhikan se rinde. Krekka captura a Lhikan y Nidhiki deja caer a propósito a Vakama, pero Lhikan utiliza su tabla planeadora para salvar al Matoran de caer en la protodermis fundida justo a tiempo. Vakama no se da cuenta cuando su mente es asaltada por una visión, una voz, como la de Lhikan, le dice que se de prisa y que el Gran Espíritu necesita su ayuda. Recuperado, Vakama grita de desesperación.

Turaga Dume, a través de telepantallas, anuncia la desaparición de Toa Lhikan, pero asegura a los Matoran que los Vahki mantendrán el orden en la ciudad. De vuelta en su forja, Vakama reflexiona sobre la captura de Lhikan, culpándose por no hacer nada. El examina la Piedra que Toa Lhikan le dio cuando de repente aparece Turaga Dume, vigilado por un par de Vahki Rorzakh, y Vakama apenas es capaz de ocultar su piedra Toa. Turaga Dume, habiendo llegado por la Máscara del Tiempo, se siente decepcionado cuando descubre que aún no se ha completado. Criticando la calidad de los discos de Vakama, Dume comenta que es una lástima que Toa Lhikan no esté disponible para recuperar los Grandes Discos, una declaración motivada por la garantía de la calidad de los discos de Vakama y la de los Grandes Discos. Después de irse Dume, Vakama examina la envoltura de su piedra, y ve que tiene un mapa del Gran Templo en ella. Él se retira de su trabajo y viaja a Ga-Metru.

Allí, se encuentra con otros cinco Matoran de diferentes partes de Metru Nui. Comienzan disputas, hasta que el Suva se levantá del suelo frente a ellos. Cada uno coloca su piedra en el santuario, y aparece una imagen de la máscara de Lhikan. Se les encomienda la tarea de salvar a Metru Nui de una sombra. La cámara tiembla y seis lanzas de poder golpean a los Matoran, transformándolos en Toa. Whenua expresa su preocupación por convertirse en un Toa, pero Nuju no le hace caso. Los lados del Suva desaparecen para revelar un alijo de herramientas Toa. Cada Toa selecciona un conjunto de herramientas, pero Matau se burla de Vakama cuando selecciona un Lanzador de Discos. Cuando Matau empieza a practicar maniobras, una de sus armas vuela de su mano y casi golpea a Nokama, lo que le valió un fuerte sermón. Los Toa se dirigen a Vakama en busca de respuestas, cada uno sabiendo que el era el último en ver a Lhikan. Él sólo puede expresar su pesar por su fracaso al ayudar a Lhikan cuando es asaltado por otra visión.

Él ve a Metru Nui en ruinas, pero como él camina hacia ella, la ciudad está de repente restaurada. Seis discos vuelan hacia él, y se detienen para fusionarse en una luz resplandeciente. Antes de que pueda ver cualquier otra cosa, la visión de Vakama termina, aunque todavía está protegiendo sus ojos de la luz cegadora. Él transmite su visión a los otros Toa, y algunos lo clasifican como locura. Whenua de antiguas leyendas sobre un disco de seis discos en cada Metru, y Vakama insiste en que deben encontrar los Grandes Discos para salvar la ciudad y demostrar su valía como Toa. Onewa expresa su duda, pero Nokama camina y apoya a Vakama. En una sección más profunda del templo, ella lee glifos que apuntan a la ubicación de cada disco y cada Toa se dirige a su Metru por separado para localizarlos.

Finalmente, los Toa llegan al Coliseo, interrumpiendo el torneo Akilini y ganando aplausos de la multitud. El puesto de observación de Dume desciende al suelo revelando su sorpresa al descubrir sus identidades. Después de una observación de Dume, Vakama se disculpa por no completar la Máscara del Tiempo, y Matau ofrece una explicación dramática de cómo surgieron a su estado actual. Los Toa presentan los Grandes Discos a Dume como prueba de su estatus de Toa y se comprometen a ser los nuevos guardianes de Metru Nui. Dume ignora el gesto, y les dice a ellos que demuestren su valor en la arena, un reto que anuncia a la población Matoran. Los Toa entregan sus discos a Vakama al momento que la arena comienza a cambiar. Columnas de Protodermis se levantan del piso de la arena, amenazando con enviar a los Toa arriba hasta la isla de Mata Nui. Debido a su falta de trabajo en equipo y su imposibilidad de acceder a varios de sus poderes, los Toa son incapaces de completar el reto y son esparcidos por la arena. Dume les implica como los responsables de la desaparición de Lhikan, y ordena a los Vahki capturarlos. Los trabajadores Matoran también convierten el escenario en un remolino, y Nuju, Whenua y Onewa son aspirados. Nokama y Matau utilizan sus herramientas para cavar en el suelo de la arena. Nokama alcanza a atrapar a Vakama y le dice que derribe la estatua de Lhikan en el otro lado de la arena. Lo hace, los Vahki sucumben bajo la estatua y los Toa escapan. Dume ordena a Nidhiki y Krekka que recuperen a los Toa.

Vakama, Nokama y Matau llegan a un muelle de Aeronaves en el lado del Coliseo y debaten qué hacer a continuación. Al no ver otra opción, ellos saltan en un Chute debajo, evitando por poco a los cazadores que están detrás de ellos. Mientras tanto, Dume conversa con una sombra en una cámara secreta ocupado por dos grandes relojes de sol. La sombra no está contenta de que la máscara del tiempo este sin terminar, pero Dume le asegura que los Vahki manejarán la situación.

Los Toa se abren camino a través del sistema de tubos de Metru Nui. Sin embargo, los Cazadores Oscuros están en el puesto central de control, y obligan al operador, Kongu, a invertir el flujo. Los Toa son arrastrados fuera de control hasta que Nokama clava en la rampa sus Hydro Cuchillas y agarra a Vakama, quién agarra a Matau. Matau, con los brazos libres, saca una de sus Aero Cortadoras y abre un agujero en la parte inferior de la rampa, para que los tres Toa puedan bucear a través antes de que sean aplastados por un contenedor de carga fuera de control. Quedan colgando sobre Ko-Metru de una rampa y Vakama es asaltado por otra visión. Esta de pie junto a Lhikan, pero a medida que se acerca para saludar al Toa desaparece, y se transforma en una esfera de luz que se impulsa hacia el cielo. Vakama se recupera de su visión, y los Toa están en peligro de caer de la rampa, como las armas de Nokama se están deslizando. Vakama se arriesga y dice a Nokama que los lleve hasta una columna cercana, la Toa del Agua comienza a balancearse, haciendo que la cadena entera de los tres Toa comience a moverse como un péndulo. Pronto, las armas se desencadenan, y los Toa caen. Antes de que puedan chocar con el suelo, las armas de Nokama se adhieren a una torre de soporte del canal cercano. Nervioso, Vakama pierde su agarre en Matau, y el Toa del Aire cae. Matau desea desesperadamente dominar su poder de Máscara, con la esperanza de una habilidad como la levitación. A medida que la idea cruza en su mente, sus Aero Cortadoras atrapan el viento y ralentizan su caída en un deslizamiento poco controlado, y choca contra una telepantalla. Los Toa ven como la telepantalla (con Dume en él) ordena a la ciudad buscar a los Toa.

Los Toa se detienen un tiempo para recuperarse, y Nokama y Vakama deciden no discutir el reciente intento de vuelo de Matau. Vakama por sí mismo empieza a examinar los grandes discos. Mientras lo hace, empiezan a ablandarse y fundirse. Él permite que lo hagan, y Nokama se acerca a él, preguntando acerca de su visión. Vakama apunta a la Estrella Espíritu de Lhikan, que navega hacia Po-Metru. Matau expresa su convicción de que deben ir a rescatar a sus hermanos capturados, pero Vakama se niega, diciendo que deberían liberar a Lhikan primero. Cuando se les preguntó cómo van a seguir su estrella Espíritu, Nokama señala un Transporte Vahki cerca. Luego de abordar, los Toa ven extraños recipientes de almacenamiento dentro. La mano de Vakama toca uno, y queda atrapado en otra visión. Él está en una cámara con muchas de las cápsulas de almacenamiento. Una se abre, y hay un Matoran en el interior que parece estar durmiendo. De repente, sus ojos brillan de color carmesí, y Vakama escapa de su visión, gritando que los Matoran están en peligro. Se precipita a la esfera más cercana y la abre para encontrar nada en su interior. Nokama le pregunta que está mal, y él responde con un nada desalentado.

Los tres Toa en prisión discuten entre sí cuando una voz viene de las sombras, una figura encapuchada, al parecer un Turaga, se revela, sentado en una pose de meditación. Él habla con los Toa, hablando de que el es libre, incluso en la prisión y con los poderes de las máscaras. Mientras tanto, los otros Toa están en el Transporte Vahki, que todavía se arrastraba por Po-Metru. Vakama estaba ocupado usando su Bastón de Fuego para fusionar lentamente los tres grandes discos en la forma aproximada de una máscara. No tardaron en llegar a una Aldea Ensambladora, y saltan mientras que el transporte Vahki se aleja. Mirando a su alrededor, no ven a nadie allí, aunque estas son horas de trabajo. Casi al instante, son atacados por los Cazadores Oscuros Krekka y Nidhiki. Los cazadores oscuros pelean con los Toa, destruyendo parte de la aldea, pero se detuvo su combate cuando aparece una estampida de Kikanalo lo que revela exactamente por qué los Matoran abandonaron el pueblo. Nidhiki salta en una zanja, Krekka salta sobre una torre, y los Toa se esconden en un pequeño edificio. A medida que los Kikanalo pisotean el edificio, los Toa huyen de la estampida. Sin embargo, Nokama llega a oír a alguien hablando, aunque no eran los otros Toa. Ella se enfrenta a la manada, y para sorpresa de Vakama y Matau, detiene a la manada de Kikanalo al hacer los mismos sonidos que estaban haciendo. Encontró el poder de su máscara: la traducción. Ella habla con los Kikanalo, y se enterá de que son enemigos de los cazadores oscuros también, y que vieron a los Cazadores llevar a un lo que ellos pensaban 'Matoran alto' al Cañón de los Susurros Eternos, que en realidad era Toa Lhikan. Los Toa viajan junto con los Kikanalo, hacia el cañón, conscientes de los peligros que pueden acechar allí.

En la celda, el misterioso Turaga está dando a sus compañeros tareas Toa. Nuju está llevando rocas de un punto de la celda a la otra, y Whenua está intentando caminar con los ojos vendados. Onewa se ríe de lo que pensaba parecia patético, cuando el Turaga le reprende explicándole que el deber de un Toa es a todos los Matoran, no importa de que Metru viene. El Turaga luego le da una roca y le venda los ojos para ayudar a sus hermanos.

De vuelta en Po-Metru, los tres Toa y sus nuevos aliados Kikanalo ven a un gran grupo de Vahki Zadakh. Vakama luego dice que tiene un plan, y le dice a sus compañeros Toa sobre este.

De vuelta en la celda, Onewa se une a Whenua y Nuju en sus tareas de llevar piedras y caminar con los ojos vendados a través de la celda, cuando chocan Onewa y Whenua uno con el otro. Whenua se molesta mucho y se quita la venda y le dice que lo que están haciendo es una pérdida de tiempo, sólo para que el Turaga mencionara que sin auto-descubrimiento, nunca encontrarán su destino y lo que están haciendo es el deber de cada Toa hacia Mata Nui. Whenua insulta a Onewa, lo que enoja al Toa de la Piedra. Y su máscara comienza a brillar, y ordena a Whenua sentarse. Cuando Whenua se ve aparentemente obligado a hacerlo, la máscara de Nuju comienza a brillar, y le dice a los dos que se detengan y luego arranca parte de la pared para formar una barrera entre Onewa y Whenua. Onewa se da cuenta que el poder de su máscara es el control mental, y Nuju se da cuenta que su poder de máscara es la Telekinesis. El Turaga luego ofrece a los Toa la oportunidad de escapar.

En Po-Metru, Matau usa su recién descubierto poder de máscara de la ilusión para confundir a los Cazadores Oscuros, mientras que él y su Kikanalo escapan. Nokama es capaz de destruir la mayor parte de los Vahki Zadakh haciéndolos saltar de un acantilado, y el Kikanalo de Vakama destruye el resto con un rugido sónico. Después de que los Toa entran a un túnel que conduce a los Archivos, la manada destruye la entrada para evitar que alguien siga a los Toa.

Después de que Onewa, Whenua, Nuju, y el misterioso Turaga escaparan de la celda, se encuentran con un laberinto de túneles, y son guiados por Whenua debido a su conocimiento de Onu-Metru y el poder de su máscara recién descubierto. Se encuentran con un Vahki que resulta ser Matau cambiado de forma. Los otros dos Toa aparecen también.

Con los Toa Metru reunidos, el misterioso Turaga se revela y no es nadie mas que Lhikan, y con su ayuda, los Toa descubren que el verdadero Turaga Dume habia sido capturado por Makuta. Makuta planea obligar a todos los Matoran a entrar en hibernación dentro de cápsulas de éxtasis, borrando sus recuerdos, y luego despertarlos como su gobernante.

De repente, los Vahki comienzan a atacar a los Toa y Lhikan, pero son capaces de encerrarse en una habitación, sólo para ser atacados por Lohrak. Ellos derrotan a los Rahi, y escapan del túnel usando un Transporte Vahki. Viajan a través del Metru al Coliseo y descubren que no hay Matoran. Llegan al Coliseo y confrontan a "Dume", que luego se revela como Makuta disfrazado. Mientras Makuta comienza a absorber la energía de la ciudad, los Toa y Lhikan van bajo el Coliseo y descubren cientos de Esferas Matoran. Toman seis y las ingresan a la parte inferior del Transporte y luego se dirigen a Ga-Metru. Cuando llegan allí, un escuadrón de Vahki intenta detenerlos, pero Matau dirige el Transporte sobre el borde del puente y caen en el agua. Los Vahki, creen que la nave se había hundido hasta el fondo del mar. Sin embargo, las Capsulas Matoran lo ponen a flote y los Toa tratan de escapar de Metru Nui. En este punto, Makuta absorbe a Nivawk, Nidhiki y Krekka, llegando a ser mucho más poderoso. Mientras que en el transporte, Vakama finalmente crea la Vahi, utilizando los grandes discos fusionados. Makuta vuela detrás de los Toa, y empieza a manipular el mar de Protodermis en que están flotando, replicando el reto que los Toa enfrentaron antes.

Vía la máscara de Nuju, Vakama va a enfrentar a Makuta, y procede a utilizar la Vahi contra él. Sin embargo, no puede esquivar la mano de sombra de Makuta justo a tiempo. Lhikan entonces salta delante de este ataque, sacrificándose por Vakama, lo que lleva a Vakama a descubrir su poder de máscara: la invisibilidad. Makuta se apodera de la Vahi e intenta usarla, pero un disco lanzado por Vakama envía la Kanohi al mar. Haciendo uso de su máscara de invisibilidad, Vakama engaña a Makuta haciéndolo agarrar piedras y aplastandolas contra su propio cuerpo. Debilitado y enojado, Makuta utiliza un ataque final, que lo aplasta contra la Gran Barrera, y los otros Toa aparecen y combinan sus poderes para sellar a Makuta con un Sello Toa. Los Toa y los Matoran en estasis proceden a la tierra de Mata Nui, que Vakama proclama como su hogar.

Personajes[]

Véase También[]



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